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Bósforo

Estambul. Cinco de la mañana. El chillido de centenares de gaviotas se suma al primer llamado a la oración del día, desde remotos autoparlantes situados en lo alto de centenares de mezquitas a lo largo y ancho de la ciudad.

 

La brisa del mar entra y congela por un rato el verano en las esquivas callejuelas de piedra. La ciudad comienza a hormiguear entre el aroma de paladares insaciables y el olor a tela nueva bajo galerías de otro tiempo.

 

La vieja Constantinopla fantasea entre Europa y Asia, y decanta lo mejor y lo peor de ambos lados del Bósforo.

Río Bósforo - Estambul, Turquía - Julio 2019

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